... Desde 1994, Bernard Alligand produce cerámica con regularidad. Pero fue sobre todo en 2003 cuando les dedicó una parte importante de su actividad creativa, hasta el punto de calificarse este año: el año de la cerámica . Es decir cuánto, para él, contaba esta actividad. Durante esta década (1994-2003), su cerámica había seguido un camino paralelo a su pintura por el buen motivo que la traspuso parcialmente en varios volúmenes: jarrones, jarras, platos , sin la técnica empleada para ellos. La cerámica interferiría con su obra. obra pintada. (...) Tal vez no sea inútil recordar que lo que asombró a Bernard Alligand sobre todo a su llegada a Marruecos, además de los arabescos que decoraban las casas, las telas, las alfombras, la vajilla, fue la profusión de jarrones y frascos. que muestran todo el refinamiento de esta civilización . Esto es precisamente lo que este cuadro de Naturaleza Revelada quiso tener en cuenta desde un principio, al establecer espontáneamente un vínculo entre siluetas de apariencia femenina en proceso de desaparecer en sus cuadros y objetos que hacen aquí su entrada en la pintura. Podemos ver claramente, mirando este cuadro, que hay superposición, un preludio de una sustitución completa porque estas botellas están animadas . Tienen una postura humana . Esto prueba que aún no se ha completado el proceso de solidificación que les daría su estatus final como objetos. Estas botellas, aún personificadas, ya sugieren, sin embargo, toda la sensualidad de sus formas futuras. Al reemplazar las siluetas por la linealidad y por el volumen de las botellas, no hay nada de sorprendente en esto. Sencillo paso de la batuta. Variamos el tema cambiando el léxico, pero siempre nos quedamos en el mismo discurso pictórico: una construcción abstracta, puntuada por líneas, puntuada por el color y animada por vuelos de materiales, con, de vez en cuando, aquí o allá, una obra. Fuentes de ensueño  reuniendo una silueta femenina y un jarrón, como si, para Bernard Alligand, fuera necesario recordar, por si lo habíamos olvidado, la analogía entre estas dos formas, ahora tan voluptuosas entre sí. Formas a través de las cuales Bernard Alligand parece haber redescubierto el placer físico que había experimentado al amasar arcilla cuando seguía lecciones de modelado, en 1981-1982, en la Ecole des Beaux-Arts de Angers. (...)

Bernard Alligand desarrollará extensamente este tema de jarrones y frascos donde el espacio que rodea estos objetos de repente parece presa de un vértigo cósmico .

Extracto del catálogo Retrospectiva 2012. Texto de Jean-Pierre Geay.